Seguramente has escuchado sobre el daño que producen los residuos químicos en el medio ambiente; incluso es probable que alguna planta o mascota en casa haya sufrido consecuencias al entrar accidentalmente en contacto con un producto de uso doméstico.
El tema de conciencia ecológica puede ser un buen valor para enseñar en casa a los más pequeños desde la rutina de la limpieza. Es por eso que a continuación te traemos algunas recetas fáciles que no solo te brindarán la oportunidad de compartir tiempo de calidad con tus hijos; sino que también podrás ahorrar dinero, enseñarles acerca de la importancia de la limpieza y alertarlos sobre el cuidado de nuestro planeta.
Vehículos, bacterias y suciedad
En el interior de tu vehículo habitan cerca de 700 tipos de bacterias.
Cuando se piensa con detenimiento, es alrededor de 3 veces la cantidad promedio que se identifica en un baño público y unas 6 veces más que en la superficie de un smartphone (lo cual ya nos ha escandalizado bastante).
Aún los más cuidadosos a la hora de consumir alimentos y aquellos que bajo ningún concepto permiten hacerlo en el interior de su auto; seguramente deberán lidiar con la tierra, arena, residuos o desperdicios que se trasladan al vehículo en nuestros zapatos tras haberlos alcanzado con nuestros pies.
¿Con qué frecuencia debería asear el interior del vehículo?
Sin ánimos de caer en la paranoia, a esta altura la pregunta obligada es ¿debo limpiar el carro a diario?, ¿Cada 15 días o una vez al mes será suficiente?…
Para identificar la frecuencia es importante tener en cuenta algunos elementos:
- Uso del vehículo. No es igual el tratamiento si es de uso personal, para trabajo o si se emplea en el transporte de personas.
- Área en la cual se moviliza. En áreas urbanas los agentes contaminantes son diferentes a la playa, el campo o entornos Industriales.
- Traslado de mascotas o herramientas de trabajo.
En función de estas consideraciones se puede ajustar la frecuencia del aseo. Sin embargo, la recomendación general es realizar una limpieza profunda 1-2 veces al año, tomando algún tiempo en la semana para limpiar las superficies internas y aspirar / sacudir los asientos y alfombras.
¿Cómo debe hacerse la limpieza interior de vehículos?
Al igual que ocurre en el hogar, el primer paso que debes seguir es ubicar todos los elementos que vayas a necesitar (limpiadores, paños, brochas, cepillos…) y despejar el área de cualquier elemento que pueda entorpecer los trabajos.
Una vez preparados, los pasos más elementales son los siguientes:
- Iniciar por las áreas superiores e ir bajando para evitar trasladar suciedad a las zonas que ya se han limpiado previamente.
- Cepillar y aspirar las tapicerías. Si es preciso lavar alguna mancha, emplear los productos específicos según el tipo de material.
- Retirar y lavar las alfombras, dejando que se sequen al sol. En caso de no hacerlo; aspirarlas y sacudirlas muy bien.
- Los bordes de las puertas y sus marcos deben limpiarse con especial atención empleando un paño.
- Todos los cristales (vidrios y espejos) deben contar con productos específicos y un tiempo dedicado para su atención. Son componentes que además de resultar molestos cuando se manchan, ponen en riesgo tu seguridad.
- El volante, la palanca de cambios y el reproductor de sonido se cuentan entre las áreas más vulnerables dentro de un automóvil. Dedícales un poco más de cuidados con un paño y productos desinfectantes.
- Los pisos deben ser aspirados una vez han sido retiradas las alfombras para eliminar cualquier residuo.
- Las salidas del aire acondicionado deben limpiarse con brocha para sacudir el polvo acumulado y cualquier otro residuo que se haya podido alojar allí producto de la limpieza.
Recomendaciones
Asear el interior del vehículo puede conllevar a otro tipo de arreglos o mantenimiento.
Cambiar los filtros del aire acondicionado es un aspecto que ayudará considerablemente a depurar el aire que respiran todos los que se trasladan en el interior de un automóvil.
También es importante programar la limpieza profunda en manos de profesionales si identifica durante el aseo rutinario algún área enmohecida o que de alguna manera se encuentre contaminada.