En los trabajos de oficina existen varios aspectos que los supervisores y gerentes observan en su personal. El orden y limpieza es uno de ellos.
Aún si la empresa cuenta con un servicio de mantenimiento; la personalidad de quien ocupa cada puesto influye directamente en la concepción de una oficina limpia y un espacio de trabajo despejado.
Así pues, de seguro ahora pasarán por tu mente los nombres de esos compañeros obsesionados con la limpieza y pulcritud; o en contraparte, aquellos que tienen el escritorio completamente cargado de carpetas, papeles, vasos, dulces y otra cantidad de detalles…
Si te identificaste con el segundo grupo, te invitamos a leer y conocer cuáles son los beneficios directos que puedes obtener dedicando algunos minutos al día a ordenar tu espacio de trabajo.
La salud ante todo
Un escritorio que parece un campo minado, difícilmente se limpiará regularmente y en profundidad.
Los virus y bacterias que se reproducen en tus equipos de oficina conseguirán un hábitat perfecto en esos espacios que no se limpian con frecuencia; lo cual no solo te coloca en riesgo a ti, también a tus compañeros.
Un espacio de trabajo despejado es mucho más fácil de limpiar y si además se eliminan los focos de proliferación de gérmenes (vasos, tasas, empaques de comida, entre otros; aun cuando se encuentren en el cesto de basura) estarás favoreciendo las condiciones de salubridad para todos.
Refleja personalidad sin restar profesionalismo
En tu espacio puedes tener los ornamentos y fotos familiares que hagan más cálido y motivador tu día a día; pero es conveniente que cuides los excesos.
Un par de fotografías, alguna planta y los accesorios de escritorio son más que suficientes. Evita abarrotar de objetos la superficie para que la limpieza no se haga más difícil o acabe aplazándose.
De acuerdo a las características de cada pieza también debes cuidar su entorno, en especial si se trata de algún elemento orgánico.
Deja espacio para la concentración
Cuando un escritorio se llena de figuras, adornos, fotos y demás objetos, es muy probable que en algún momento sientas la tentación de dedicarte a jugar, arreglar o cambiar algo en ellos.
Un espacio de trabajo despejado no solo favorece la pulcritud; es también un elemento que propicia la productividad y elimina las distracciones.
En definitiva, una oficina limpia no se trata únicamente de aquella que tiene pisos relucientes y huele bien ¡por supuesto que esto es importante!…
Se trata también de mantener todo en su lugar y cuidar los detalles, en especial en estos tiempos en los cuales hemos aprendido a ser más cuidadosos con nuestro nivel de exposición, evitando los contagios que acabarán tocando también a tu familia y amigos cercanos.